El verano es aquella época en la que podemos disfrutar de gratas actividades con la familia al completo. Los peques han dejado de ir a la escuela y se pasan el día disfrutando de sus quehaceres favoritos. Es por ello por lo que se puede aprovechar esta alegre y calurosa estación del año para, dentro de su juego, enseñarles conductas cívicas para procurarles un futuro mejor. Una de estas conductas es la concienciación sobre el reciclaje y el medio ambiente.
DIVERSIÓN CON COLORES
Para los niños, no hay mejor manera de expresión que el color. Su mundo está rodeado de llamativos colores y su desarrollo se realiza a través de éstos. Si comprendemos esto, será más fácil introducir como juego el aprendizaje sobre el reciclaje.
El primer paso para que nuestros niños tomen conciencia es el de predicar con el ejemplo. Si no solemos reciclar en casa, esta podría ser una buena excusa para comenzar a hacerlo.Cuando nuestros hijos vean que empezamos a separar la basura por tipos, como mínimo se preguntarán el por qué lo realizamos. Tras esto, enseñarles los tipos de colores de papeleras sería lo más acertado. Se puede hacer tanto con juegos analógicos como digitales, pero siempre hay que jugar con ellos para que vean que se trata de un juego y no de una tarea disfrazada de juego.
Podéis adquirir juegos de mesa relacionados con el reciclaje en vuestra juguetería más cercana o, ya que se trata de realizar actividades en familia, podéis haceros vosotros mismos los puzles y juegos de mesa. ¡Así es doble diversión! Os dejamos por aquí tanto juegos de mesa como digitales para que podáis comenzar a divertiros mientras el pequeño aprende el fascinante proceso del reciclaje.
RECICLAJE: PASANDO A LA ACCIÓN
Lo más común es que en verano los pequeños anden de aquí para allá sin parar de jugar y disfrutando del tiempo en familia. Si bien es cierto, los niños no realizan las actividades que llevan a cabo los adultos -como encargarse de la casa, la comida…-, pero si queremos hacer ver a nuestros hijos desde pequeños cuán relevante es que reciclen para tener un futuro mejor, deberíamos comenzar a hacerles partícipe de actividades como recoger la mesa (y, por tanto, separar la basura) e ir a sacar la basura.
Aunque no dejemos que se encarguen de las tareas más pesadas para ellos, podemos pedirles que nos ayuden a hacerlas.* Cuando vayamos a hacerlas debemos intentar estar siempre de buen humor, favoreciendo la buena acogida de la actividad por parte del niño, el cual asociará el reciclaje y el respeto al medio ambiente con el bienestar y la felicidad.
A medida que el niño vaya creciendo, le incitaremos a seguir con la conducta premiando de manera modesta sus actos con -si pudiéramos- cosas no materiales. Realizar un concurso familiar sería una opción buena para que el niño se motive con el tema del reciclaje.
*Un niño participará de mejor gana en una tarea si en vez de obligarle le pides ayuda para realizar la tarea.
CULTURA DEL MEDIO AMBIENTE
El entorno donde crecen nuestros hijos es sumamente importante para su desarrollo cognitivo y emocional. Para que nuestro pequeño esté concienciado sobre la fragilidad del medio ambiente y la necesidad de reciclar y colocar los residuos donde corresponden, debemos crear un micro-clima de respeto por el medio ambiente.
Colocar y regar plantas en nuestro hogar no será de ayuda si no hacemos partícipe a nuestro hijo en el proceso de vida de una planta. Las plantas favorecerán a que tome mayor conciencia sobre su entorno natural. Una buena idea para que empatice con el medio ambiente es realizar rutas cortas de senderismo por parajes impresionantes que rodeen tu localidad de vez en cuando. Intentaremos, en la medida de lo posible, que nuestro hijo conozca a los animales en su hábitat natural, lejos de jaulas que los aprisionen o parques que los mantengan expuestos al público. De no poder evitarse, siempre deberemos ir con ellos y manifestar el descontento que nos provoca observar a esas pobres criaturas encerradas; esto aumentará considerablemente la empatía de nuestros angelitos.
En casa, reciclar objetos suyos como estuches o carteras del colegio puede enseñarle a reducir el volumen de residuos que pueda generar en el futuro, así como a minimizar el consumo de compra compulsiva. Recordad siempre realizar este tipo de actividades con ellos, a modo de juego en familia -a no ser que el niño prefiera realizarlos solo por otras cuestiones-.
Proporcionar lecturas a nuestros hijos que traten estos temas y hacerles cuestiones sobre ello también ayudará a integrar mejor el buen uso del reciclaje y el medio ambiente. Un escenario perfecto nocturno para los pequeños es la lectura de un cuento sobre el reciclaje mientras abrazan a su querido Ruebens EcoBud; esto, sin duda, fomentará el crecimiento de su cultura medio ambiental. ¡Ah! ¿Que no conoces a nuestros pequeños amigos ecológicos de la estupenda marca sueca Rubens Barn? ¡Te los presentamos entonces!
ECO-AMIGOS DE RUBENS BARN
La marca de muñecas sueca Rubens Barn pone a disposición de todas las familias del mundo una línea de muñecos preciosa y respetuosa con el medio ambiente.
Los Rubens EcoBuds están realizados íntegramente a mano y tienen como material el algodón orgánico suave. Sus simpáticos rostros y dulces colores claros hacen que te enamores al instante de ellos. Para los más pequeños son hiper-achuchables, ¡pueden llevárselos a explorar el entorno y disfrutar del medio ambiente!
Las cajas en las que vienen son también de materiales 100% reciclados y su edad mínima es de 0 años, ya que no contienen piezas que puedan ser peligrosas para los pequeños. ¡Son perfectos para ser su primer compañero de aventuras!
¡QUIERO MI ECOBUD!
POR UN MUNDO MÁS LIMPIO
Sin la debida concienciación sobre el reciclaje, puede que en 2050 las preciosas vacaciones en familia se convertirán en algo un poco más «plastificado» de lo normal. ¿La razón? Cada vez se generan más residuos y se aumenta la despreocupación por dónde irán estos a parar, por lo que los mares y ríos se ensucian a un ritmo acelerado.
Cada vez más gente se suma al movimiento Eco, reciclando y respetando los espacios naturales para procurar un mundo mejor a los herederos del mismo. Aunque parezca una tarea difícil, sólo con un simple gesto diario podemos ahorrarnos años de basura acumulada en nuestros mares, montañas y ríos de todo el mundo. Aunque en la escuela se encarguen de tratar temas del medio ambiente, es importante que los peques vayan a clase con ciertas nociones sobre el respeto al medio ambiente y también es importante ayudarles a desarrollar su empatía para con el mundo que les rodea. Sin esa empatía, nuestros hijos carecerán de visión global de los problemas que puedan afectar al globo y, por tanto, todas nuestras enseñanzas sobre el reciclaje y el ahorro de recursos naturales habrán caído en saco roto. Por ello os hemos recalcado el acto de predicar con el ejemplo.
Con los consejos que os hemos dejado en este post, reciclar en familia ya no debería ser tan complicado como antes. Se acabaron las excusas que tapan nuestra pereza a reciclar ¡cuesta lo mismo que deshacernos de los residuos en el contenedor orgánico!
Recordad que cuantas más tareas de reciclaje realicemos en familia, mejor. Los niños aprenderán a tomarse el respeto al medio ambiente como un divertido juego en el que todos salimos ganando, tanto padres como hijos. Reconducir las conductas de nuestros pequeños para procurarles un planeta limpio y sano para albergarlos es una tarea que realizar poco a poco, siempre a su lado.