Aunque actualmente los niños pasan muchas horas dentro de casa, lo mejor para ellos es aprovecharse mientras puedan de los beneficios de jugar al aire libre ¿Quieres saber cuáles son?
Hoy en día el galopante incremento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ha llegado al juego de nuestros pequeños y si juntamos esto con la rapidez con la que funciona el mundo adulto y el poco espacio de tiempo que queda para dedicar a los pequeños nos resulta en una ecuación que puede derivar en un mal desarrollo de nuestros niños. Para evitar esto, deberíamos conocer los múltiples beneficios de jugar al aire libre para nuestros pequeños.
¿Es necesario que mis hijos jueguen fuera de casa? Pues, por descontado, los niños han de pasar más horas jugando fuera de casa que dentro, ya que los beneficios de jugar al aire libre son bien conocidos ya por profesionales de la salud de todo el mundo. Ojo, los peques también pueden jugar con las tecnologías, pero no se recomienda que el tiempo de juego sea superior a las 2 horas semanales dependiendo de la edad en la que se encuentren.
Aquí te hemos preparado una lista con los 10 beneficios de jugar al aire libre más relevantes para el correcto desarrollo de nuestros pequeños camino a la madurez. Ahora que llega el buen tiempo, es una época perfecta para sacar a los peques a conocer mundo y a disfrutar de él ¡Seguro que algunos te sorprenden!
BENEFICIOS DE JUGAR AL AIRE LIBRE
1.- Aprendizaje veloz. Jugar al aire libre puede ayudar a nuestros peques a desarrollar sus habilidades de aprendizaje de una manera más rápida de lo normal. Realizando gran parte de sus juegos para aprender en el exterior, los niños comienzan a familiarizarse con el proceso de aprendizaje a través del juego y de la vida cotidiana. Además, al sacarlos de su zona de confort, estimulamos su velocidad de pensamiento y eso se traduce en una mayor capacidad para estudiar su entorno y resolver situaciones.
2.- Mayor creatividad. Al tener a su alcance una gran diversidad de formas y colores procedentes del espacio abierto donde está realizando sus tareas, la creatividad de nuestro pequeño se potenciará mucho más que si realiza estas mismas actividades en un recinto de cuatro paredes que no deja mucho espacio a la gran imaginación que los niños poseen.
3.- Correcto desarrollo de su salud. Jugar al aire libre contiene muchos beneficios para la salud de nuestros pequeños. Cuanto más grande es su espacio de juego, más oportunidades tienen para activarse y corretear o explorar, lo cual ayuda mucho en su desarrollo de habilidades motrices, además de prevenir enfermedades como la obesidad por la quema de calorías óptima. Además, si este juego se realiza un día de sol, el pequeño tendrá una dosis de vitamina D esencial para su correcto crecimiento.
4.- Mejora de las habilidades sociales. El hecho de que en una pequeña habitación de juego se concentren tantos niños jugando puede resultar intimidatorio para el chiquitín y puede resultar en apatía hacia el resto de niños que invaden su espacio personal. Por tanto, jugar al aire libre ayuda al niño a socializar gracias al entorno poco intimidatorio que se crea a su alrededor. Rápidamente, el pequeño comenzará a buscar nuevos amiguitos con los que poder jugar a actividades beneficiosas para ellos.
5.- Mejora del comportamiento. Darle la oportunidad a nuestros pequeños de poder disfrutar de sus juegos y aprendizaje al aire libre los ayuda a mantenerse felices y más calmados. La vitamina D -antes mencionada- que los peques recogen del sol cuando juegan en un espacio abierto contribuye a estabilizar el humor y a procurar un estado de positividad en su mente. El juego libre en espacios abiertos ayuda a eliminar esa posible energía residual que puede quedar en el organismo del niño si pasa largo tiempo realizando actividades sedentarias. Esto también supone una mayor concentración a la hora de realizar tareas que requieran una mayor atención.
6.- Independencia y autonomía. A pesar de que el juego al aire libre ha de estar siempre supervisado por el adulto, esta clase de juego suele vigilarse desde una distancia mayor al que se realiza en un espacio cerrado. El hecho de tener la atención de un adulto pero sólo como controlador y no como agente partícipe en el juego ayuda a los pequeños a llevar una rutina independiente, crear su propio modo de juego, hacer amigos buscándose la vida para conseguirlos y demás situaciones que favorecerán el desarrollo de la madurez social del niño.
7.- Mejor orientación por medio de la exploración. Uno de los beneficios de jugar al aire libre es el de la paulatina mejora de su orientación por medio de la exploración de su entorno cercano. El pequeño buscará recovecos y escondites especiales dentro del parque o espacio libre donde se encuentre y agudizará su orientación para regresar donde se encuentre su papá o mamá. Realizar este tipo de ejercicios mejorará notablemente su sentido del espacio y afectará positivamente a su capacidad de exploración de entornos o situaciones de la vida cotidiana.
8.- Aumentar su curiosidad. Aunque muchos niños son curiosos por naturaleza, muchos abandonan este hábito poco a poco y acaban por convertirse en la desidia hecha adulto. Para evitar esto, el juego al aire libre podría ser muy beneficioso, pues ofrece muchos más acontecimientos e imprevistos que un juego realizado en cuatro paredes. Si el niño encuentra una mariquita en el tobogán donde va a jugar, probablemente se interese por lo que está viendo y pregunte. Es entonces cuando ha de entrar el concocimiento del adulto para que el niño avive su curiosidad y la mantenga en etapas posteriores para poder encarar tedios tales como las clases en un centro con éxito.
9.- Correcto funcionamiento de su reloj biológico. Cuando nos encontramos en una habitación provista de luz artificial durante gran parte del día y nos exponemos a las pantallas cuando cae la noche, nuestro reloj biológico podría alterarse causando un mal funcionamiento en algunas áreas cerebrales que afectarían al resto del cuerpo. Para evitar que esto se produzca en los niños, lo mejor es evitar que se despierte en penumbra y procurar que pase al menos una hora al día la aire libre. por tanto, el juego en el aire libre equilibrará su reloj biológico mejorando su descanso nocturno y favoreciendo la energía matutina que todo niño ha de tener.
10.- Mejora de la relación con padres. Uno de los mejores beneficios de jugar al aire libre es la mejora de la relación madre-hijo / padre-hijo. Cuando nuestro pequeño recibe esas dosis de positividad y calma mental, así como una mejor concentración a la hora de realizar tareas, un humor totalmente equilibrado y un buen descanso nocturno, nuestro humor como padres también mejora exponencialmente. La relación con los hijos se convierte en una de mayor complicidad y existe una escucha activa totalmente recíproca por ambas partes. El ambiente en el hogar mejorará mucho conforme los peques vayan disfrutando de los beneficios de jugar al aire libre.
EN RESUMEN….
Jugar al aire libre ha de ser una actividad recurrente para los pequeños si queremos que crezcan felices y de una manera saludable. Los juegos en casa y con pantallas también están permitidos, pero con mucha moderación. Las excursiones en familia o planes de fin de semana para pasar en el campo o en las afueras de la ciudad también son positivos para conectar a nuestro pequeño con el maravilloso mundo que le rodea.
Probad a incrementar las salidas para jugar de los peques en casa y contádnos como os ha resultado la experiencia. Recordad que si tenéis cualquier duda podéis consultarla en nuestros comentarios y responderemos tan pronto como sea posible.