Hace tiempo que unas preciosas figuras deambulan entre nosotros en forma de cuadernos, mochilas, paraguas, fragancias y toda suerte de cachivaches del día a día. Seguro que te has sorprendido al reconocer sus rostros sin boca y te has enamorado al instante. Ellas son las Gorjuss.
Cuando la moda de las Gorjuss comenzó a contagiarse entre pequeños y mayores, la mayoría de gente comenzó a verlas de manera muy superficial, casi sin pararse a pensar qué querían transmitir los diferentes diseños de la tan querida a día de hoy Suzanne Woolcott.
BREVE HISTORIA DE SU CREADORA
Suzanne Woolcott nació en 1977 y es natural de Escocia. Su familia la comprenden sus hijas, su marido y su gato. Actualmente padece una discapacidad que no le permite caminar, por ello se alza entre las fans de sus diseños como una auténtica luchadora. Siempre le ha interesado el arte retratista, prefiriéndolo por encima del paisajista- y es por ello, por lo que sus diseños son retratos de unas pequeñas niñas que miran siempre al espectador con un semblante indiferente.
La ilustradora lucha contra su enfermedad todo lo que puede, ya que le mantiene largas temporadas en los hospitales. Sería en 2015 cuando comenzó a dejar de producir diseños para la venta al público debido al agotamiento que le producía su enfermedad, aunque todavía se utilizan muchos de sus diseños para seguir comercializando un montón de productos con el sello de Santoro London.
PLASMANDO UN SUEÑO
Cuando Suzanne comenzó a idear sus diseños, bebió de las influencias naturales con las que se había criado y las aunó con su paradigma personal sobre los sentimientos. Para ella, un retrato podía transmitir mucho más que un bello paisaje.
Aún así, quedan muy claras las influencias a las que ha estado expuesta esta diseñadora desde su infancia en, por ejemplo, su obscura gama cromática para retratar a las preciosas Gorjuss, ya que Escocia es un país de fuertes y oscuros colores en su paisaje.
La idea de esta original artista era la de poder expresar emociones que ella ha sentido a lo largo de su vida en sólo una imagen. Con esto, llegó a calar en numerosos espectadores que demandaban cada vez más preciosos diseños. Suzanne no conoció el éxito global a la primera de cambio; tuvo que trabajar unos años ganando poco a poco reconocimiento. Suerte para nosotros que Woolcott amaba realizar diseños aunque no tuviera éxito, ya que si no lo hubiera hecho, probablemente habría abandonado la aventura de Gorjuss casi al principio de ella.
Fue unos años más tarde, con algo ya de popularidad, cuando una gran marca de diseño londinense se fijó en su estupendo trabajo y vislumbró el amplio potencial que podrían tener sus preciosos y originales retratos.
EL BOOM DE NOMBRE SANTORO
Allá por 1984, en Carnaby Street, dos idealistas fundaron la que hoy sería una de las marcas de diseño más importantes del mundo. Santoro London está por todo el globo, cazando nuevas ideas originales para ofrecer a su público en grandes y prestigiosas galerías.
Cuando en 2010 pusieron sus ojos sobre el trabajo de Suzanne, seguro que no hubieran esperado tal éxito ni soñando. Dar la oportunidad a las Gorjuss para introducirse en el mercado internacional fue, sin duda, una de las decisiones más acertadas de toda su historia. Gracias a estos diseños, se consolidó una retroalimentación que disparó la fama tanto de la marca de Woolcott como la de la propia Santoro.
De hecho, si tenéis curiosidad, accediendo a la página oficial de Santoro, veréis que exaltan en sobremanera a la marca de Suzanne, poniéndola la primera en la lista y copando el primer puesto de los slides de su web.
EL CORAZÓN DE GORJUSS
Para comprender mejor en qué consisten estos preciosos retratos, vamos a coger uno de ellos y analizarlo minuciosamente. Debemos siempre de tener en cuenta, que todos los detalles están escogidos adrede por la diseñadora para crear un efecto u otro en los espectadores de la obra.
Sobre estas líneas descansa uno de los retratos de Suzanne Woolcott. La niña que aparece ante nosotros, centrada en la imagen, es de tez pálida y cabello oscuro recogido en dos coletas y cuyo flequillo casi le llega a los ojos. Su templada mirada se dirige hacia nosotros, como si la acabásemos de descubrir en la escena y ella estuviera esperando que le dijéramos el por qué de nuestra interrupción a su calmado momento.
La figura está sentada sobre un columpio del cual sólo podemos ver el asiento y las cuerdas que lo sujetan. Esto nos invita a imaginar el tipo de entorno de la niña -¿estará colgada de un árbol o será un columpio de un parque?-. Sobre su regazo descansa un gato negro cuya mirada se dirige también hacia el espectador, para intensificar el sentimiento de intrusismo en la escena. Esto nos dice que, probablemente, la niña se estaba balanceando muy despacio, porque si no el gato no se encontraría ahí ya que se hubiera asustado del excesivo movimiento. Esta es, pues, una escena tranquila que se ha visto interrumpida por nuestra atenta mirada.
Los elementos que configuran la imagen nos indican que Suzanne priva de boca a sus Gorjuss para centrar la atención en lo que a éstas las envuelve (como bien ha dicho siempre en sus múltiples entrevistas). Si bien, el hecho de que el gato sea de color oscuro -casi negro- indica cierto desapego a la superstición y, por consiguiente, a lo físico o material. Todos sabemos que los gatos oscuros provocan cierto recelo en muchas personas, sin embargo, esta Gorjuss sostiene con calma a su gato sin importar lo que los demás puedan pensar de su mascota. Brillante enseñanza, ¿verdad?
En este retrato hay dos actitudes muy claras cuyos roles antepuestos adoptan tanto el gato como la Gorjuss. Las actitudes protector-protegido quedan visibles en esta representación, haciendo la niña de protector y el animal de protegido. Se puede apreciar claramente en un gesto que realiza el gato hacia la Gorjuss, el cual enrosca su cola en la pierna de ella en señal de confianza y símbolo de protección. La protección como concepto entra en juego en nuestras vidas de muy jóvenes gracias a juegos como el del rol de madre o padre. Suzanne quiso reflejar todo esto en una sola imagen y lo consiguió con éxito.
Ruby -que así es cómo se llama esta Gorjuss- va ataviada con un vestido apuntillado muy propio de una niña muy clásica. Los colores que escoge la artista son propios de la cultura gótica de principios de Siglo XXI, cuyas influencias se mantienen en el periodo romántico del Siglo XIX. Por esta estética de aura romántica y por el diseño curioso de la niña, algunos medios y sectores de la sociedad la tacharon injustamente de «Muñeca Suicida». Nada más lejos de la realidad, puesto que su misión para con aquél que la observa es la introspección personal en los sentimientos que a lo largo de la vida vamos experimentando en diversas atmósferas y situaciones como las que presenta Woolcott.
EL MILAGRO DE LAS MUÑECAS
En 2015, la marca de muñecas española Paola Reina, sacó del papel a las Gorjuss para convertirlas en preciosas muñequitas de 32 cm. Su fiel representación fue un reclamo para todas las seguidoras del diseño y pronto comenzaron a aumentar su colección, así como sus vestidos y accesorios.
Todas siguen un modelo de Gorjuss realizada por Suzanne Woolcott y sus cajas llevan el sello de Santoro, así como el particular sello de la marca de muñecas Paola Reina –la cual presenta a estas muñequitas con un perfume a madreselva en las cajas-.
Aún hoy poseen la licencia para seguir fabricándolas y sorprendiéndonos con los nuevos diseños, por lo que podrás encontrar toda una gama de muñecas Gorjuss en nuestra tienda online. ¡Seguro que hay una que está hecha para ti!
ME GUSTARIA SABER MAS COMO POR EJEMPLO COMO PINTAR IDEAS O TUTORIALES